Pasquale Fracasso: segnare l’invisibile
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(da Gabriel García Márquez, Cien años de soledad)
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán.
Remotissima sera quando conobbe il ghiaccio - Macondo venti case di fango e bambù Macondo limpido impetuoso fiume tra rocce-uova avanti la storia (enormi: lisce: bianche) tra cose senza nome - suo padre quella sera remotissima - poi vennero i gitani, Melquíades la calamita che schiavarda i sogni. E ora, Aureliano, il plotone: schierato.
Un passo dagli Anelli di Saturno di W. G. Sebald, una mia improbabile “traduzione” – e, in sovrappiù, in versi…
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(da W. G. Sebald, DIE RINGE DES SATURN, pp. 218-220 dell’edizione Fischer Taschenbuch) Leggi il seguito di questo post »